11 de diciembre de 2006

La Esperanza

De nuevo, Occam estuvo en lo correcto. Debí haber adivinado que la explicación mas simple era cualquiera menos la “c”. La bendita “c” era un condenado milagro. Ayer llego la famosa menstruación, mi amiga de toda la vida; y no voy a decir nada malo contra ella porque en el momento que deje de venir, se acaba toda expectativa. Pero… que lo parió, podría darse un descanso y dejarle paso a mi milagrito unos meses, no?

De todas formas, y tal vez sea la pertinaz optimista en mi, esa subida de temperatura al final del ciclo se sigue viendo muy rara y, después de conversarlo con O. creemos que, en términos futbolísticos, si no metimos el gol, le pegamos al travesaño. Si eso fuera cierto y aun a sabiendas de haber entrado en terreno puramente especulativo, seria la primera vez en nuestra vida que habríamos concebido de forma natural, hecho que me llena de esperanza.

Ahora bien, las esperanzas renovadas cada mes son un arma de doble filo dado que también renuevan la agonía. El condenado a muerte que recibe una suspensión de su condena cada mes, tiene en su vida un consuelo pero también va adquiriendo la habilidad de sobrevivir a una certera tortura emocional. La posibilidad de salvación lo convierte en un esclavo de sus expectativas y del destino, quien no deja de tirar una moneda al aire para decidir cada segundo de nuestro futuro y de reirse de nuestros intentos de abrir camino por voluntad propia.

Pandora, al abrir su famosa caja, libero todos los males de la humanidad pero la cerro justo antes de dejar escapar a la Esperanza, lo que nos muestra por un lado que los antiguos griegos, nada tontos por cierto, al meterla en el mismo saco la consideraban tan peligrosa como cualquiera de los grandes males y por otro, alguna razon debio haber tenido Pandora para guardarse la Esperanza en la caja hasta que, finalmente, decidió volverla a abrir a pedido del publico.

Cara o cruz. Lo bueno es que, no importa de que lado caiga la moneda, algún día este camino también va a llegar a su fin; como todo lo bueno y todo lo malo en la vida, nada es eterno. Y esa sensación de finitud, de situación irreversible y categórica es, para mí, el mejor de los consuelos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola,
siento lo que ha pasado... la Esperanza es tal y como tú la defines, pero qué haríamos sin ella...
nos hacemos fuertes contra viento y marea aunque también aumenta la sensibilidad al respecto.
Ahora vienen fechas también muy delicadas para todos "nosotros". Se celebran días de felicidad entre familiares y especialmente todas las miradas van dirigidas a los niños. Y "nosotros" no podemos aportar nada (de momento) a estos días donde, en mi lugar, la felicidad se vuelve en contra.

Ánimos.

Anónimo dijo...

Dana tu manera de definir la esperanza esta escrito como "hecho a la medida" para quienes pasamos por lo mismo, y creo que hablando de esperanza cabe platicarte esto, trabajo en una oficina en México ya te he escrito antes y aqui trabaja una mujer haciendo la limpieza desde hace 8 años, soltera nunca se a casado, ella tiene 43 años, pues el viernes anuncio que tiene 2 meses de embarazo, es su primer hijo, sabes Dana?? sentí esperanza saberlo, pensé.. bueno esta claro que a pesar de los factores como la edad no hay nada escrito no? la noticia de su embarazo me cayó como agua refrescante.

Un abrazo desde México,

Judith

Dana dijo...

Animo JM, seguro que tenes mucho que aportar a estos dias de paz y de familia! Solo hay que pararse a pensarlo de vez en cuando y agradecer por lo que uno tiene, que al fin y al cabo, ese tambien es el espiritu de la Navidad...
Judith, que linda historia! hace unos meses entro a trabajar con nosotros una nueva directora de recursos humanos, 45 a#os, soltera pero viviendo con su novio desde hacia un tiempo, nunca habia tenido hijos, fue al ginecologo porque no menstruaba y penso que era la menopausia... No, una hermosa bebe venia en camino! No la busco pero esta feliz. Me encanto haber vivido esa historia tan de cerca... No tuve envidia, mas bien fue como un mensaje para mi en unos momentos algo bajos que tuve.
Besos,

Dana

Anónimo dijo...

puedo parafrasear a Galeano en "Las palabras anadantes"?
"Ella está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para qué sirve la esperanza?, para eso sirve, para seguir caminando.
El habla de utopía, pero "nosotros" de esperanza en la llegada de eso que se posterga día a día. besos. a

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